Otra simulacion en el caso de los EEUU es la Guerra de Irak, en relación a la primera batalla de Irak que George Bush Senior sostuvo en 1991 contra Saddam Hussein y los suyos.
Las pantallas transmitían fulgores verdosos de misiles, con sonidos de bombas sin cesar pero no aparecía ninguna víctima. Para Baudrillard la guerra había sido un espectáculo apabullante, que coincidió con la cobertura de la CNN en todo el mundo. Pero los espectadores no veían nada. Nada más que destellos y sonidos sin destino. La CNN había descompuesto la guerra conocida, en la que los cuerpos sangran y se desangran y gritan y caen, en un show surrealista de imágenes sucesivas pero sin lógica. La guerra no tenía nada que ver con la "paz" ni la "liberación" de los pueblos de la región. La meta de Estados Unidos era establecerse como único cacique regional. Lo hizo sin misericordia, con mentiras seguidas por un bombardeo asesino y la derrota de un país pobre del tercer mundo.
La guerra, la vida y la muerte se convirtieron en filme, en simulación, en ilusión. Los medios son máquinas de producir fantasmas, y entre ellos vivimos. Para crear potencias que obtienen poder gracias a las mentiras, la represión, distorsión y manejo de la realidad para su bienestar.
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